Detrás de todo este espectáculo de palabras, tiembla indeciblemente la esperanza de que me leas,
de que no haya muerto del todo en tu memoria...

noviembre 28, 2009

Siempre cinco para el peso. Siempre abrazo, nunca un beso, y ahora ni torta ni pan.
Ni este amor que nunca vio la luz, no sintió el calor, no sufrió el dolor, no vivió el morir;
muy grande la cruz, muy chico el honor, enana actitud de vivir mejor.
Sólo me quedan recuerdos de ese sueño momentáneo, viejos tiempos de adicción.
A planteos poco cuerdos, al placer del desengaño, a la dulce confusión.
Sólo me queda el consuelo de saberme muy tranquila, yo ya sé que la peleé.
Esto siento, más o menos, y por esto mismo muero.