Siempre cinco para el peso. Siempre abrazo, nunca un beso, y ahora ni torta ni pan.
Ni este amor que nunca vio la luz, no sintió el calor, no sufrió el dolor, no vivió el morir;
Ni este amor que nunca vio la luz, no sintió el calor, no sufrió el dolor, no vivió el morir;
muy grande la cruz, muy chico el honor, enana actitud de vivir mejor.
Sólo me quedan recuerdos de ese sueño momentáneo, viejos tiempos de adicción.
A planteos poco cuerdos, al placer del desengaño, a la dulce confusión.
Sólo me queda el consuelo de saberme muy tranquila, yo ya sé que la peleé.
Sólo me quedan recuerdos de ese sueño momentáneo, viejos tiempos de adicción.
A planteos poco cuerdos, al placer del desengaño, a la dulce confusión.
Sólo me queda el consuelo de saberme muy tranquila, yo ya sé que la peleé.