Detrás de todo este espectáculo de palabras, tiembla indeciblemente la esperanza de que me leas,
de que no haya muerto del todo en tu memoria...

noviembre 15, 2009

Del amor al odio sólo existe un paso

Me equivoqué. La gente tenía razón y yo no quería escuchar. Creí en él ciegamente porque lo amé con locura, como a nadie. Me siento tan estúpida por haber creído todo lo que me dijo. Usada, así me siento. Todavía no puedo creer cómo le di mi corazón a quien no lo merecía, a quien no le importo, a quien nunca le importé. Me arrepiento. Tantas oportunidades que perdí por él. Cuanta gente que dejé de lado por este hipócrita. Espero que puedan perdonarme, no saben cuanto estoy sufriendo por haber creído que fuimos felices, porque aunque me dolía saber que él ya no iba a volver tenía muy lindos recuerdos de nosotros; hoy se sinceró conmigo y resultó ser que todo se basaba en mentiras... que yo, como la boluda que soy, creí. Me retracto de esto. Todo lo que yo hice fue de corazón y siempre con sinceridad. Me lastima tanto saber que pensé que él era alguien que no es y que lo defendía de las personas que lo desenmascaraban. Por qué no las habré escuchado. Ahora me estaría ahorrando tantas lágrimas, y quizá estaría con quien realmente me ame. Sólo pido perdón a aquellas personas que me advirtieron, a aquellos que alejé por alguien que no valía la pena. Y él que decía que era una mala persona y yo le decía que se dejara de joder, que no lo era. Parece que esa fue la única verdad que me dijo.

Tuve puesta esa pulcera desde el día que me la regaló, 23 de enero, me acuerdo que la tenía atada en su guitarra. La tengo en mi muñeca desde entonces.
Prometí nunca sacármela hasta el día en que dejara de amarlo.

Esto siento, más o menos, y por esto mismo muero.