Detrás de todo este espectáculo de palabras, tiembla indeciblemente la esperanza de que me leas,
de que no haya muerto del todo en tu memoria...

noviembre 22, 2009

No, no es necesario que lo entienda, porque nunca le ha servido la razón
al corazón, el corazón no piensa.
No mi vida, ¿Para qué te esfuerzas? No me tienes que explicar,
siempre amaré tu libertad, por mucho que eso duela.

Y sí, entiendo que quieres hablar, que a veces necesitas saber de mí
pero no sé si quiera saber de ti, vivir así, seguir así… pensando en ti.

Suelta mi mano ya por favor, entiende que me tengo que ir,
si ya no sientes más este amor no tengo nada más que decir.
No digas nada ya por favor, te entiendo, pero entiéndeme a mí.
Cada palabra aumenta el dolor y una lágrima quiere salir.

Y por favor no me detengas,
siempre encuentro la manera de seguir y de vivir aunque ahora no lo tenga.
No mi vida, no vale la pena para qué quieres llamar
si la que era yo, ya no va estar esta es la última escena.
Esto siento, más o menos, y por esto mismo muero.