Detrás de todo este espectáculo de palabras, tiembla indeciblemente la esperanza de que me leas,
de que no haya muerto del todo en tu memoria...

septiembre 09, 2010

Recuerdos

Quizá les haya pasado en alguna ocasión, quizá, alguna vez caminando por la calle les pareció ver entre el tumulto de la gente a una persona que amaron hace mucho tiempo. Apenas duró un instante, un breve destello de luz, lo suficiente como para dejar una quemadura en la retina y en el alma. Lo suficiente como para dejarte paralizado, sin saber muy bien qué hacer o qué decir, le llena a uno la cabeza de recuerdos. Y el caso es que no estás seguro de que se trate de esa persona, porque primero fue, como digo, un breve instante. Y en segundo lugar, porque pasó tanto tiempo desde la última vez que nos vimos que... Todos hemos cambiado en este tiempo. Y tú también, aunque a veces te niegues a reconocerlo. Y está bien que sea así. El caso es que uno queda dudando a mitad de la acera, pensando si no será que uno confunde la realidad con el deseo. Quiero decir que quizá, sí se trate de esa persona, pero, a lo mejor, no. A lo mejor uno lo desea tanto que la inventa entre la gente, desapareciendo y apareciendo, apareciendo y desapareciendo. Y no digo que quedara algo urgente por decir, algo pendiente, quizá no sea eso, quizá sea un deseo inconciente y no sólo quiere encontrarse con esa persona para decirle... Cualquier tontería. Quizá para recuperar un retazo de aquellos tiempos en los que éramos eternos e invulnerables. Quizá sólo para decir ¿Qué ha sido de tí en todo este tiempo? ¿Qué fue de nosostros? ¿Qué ha sido de mí? Sé que un día todo cambiará. Espero que más pronto que tarde, pero, un día las cosas serán diferentes. Y un día, todo cambiará. La ciudad se detendrá, la gente parada en las aceras, los coches a mitad de la calle, las palomas emprenderán el vuelo. Ella se acercará mucho a él, y él un día le responderá.
Esto siento, más o menos, y por esto mismo muero.