Estaba muy oscuro, no pude descubrir qué lugar era.
Estábamos tú y yo, como en aquel entonces.
Llorando yo, como siempre. Riendo tú, disfrazando tu amargura.
Ambos teníamos planes, nuestras parejas nos esperaban.
Te alegró verme, lo sé. Lo noté en tu sonrisa cuando rozaste mi pelo.
No dijimos absolutamente nada, no podíamos. ¿O será que no querías hablarme?
Se hacía tarde. Y me fui, como hice tantas veces.
Oyendo únicamente el chapoteo de mis lágrimas contra el piso.
Volteé para verte una vez más... Ya no estabas allí.
Sí, anoche soñé contigo.
Con la oportunidad que nunca nos dimos, y todo aquello que dejamos ir.
Pero estamos bien.
Lo juro, estoy bien.
