Detrás de todo este espectáculo de palabras, tiembla indeciblemente la esperanza de que me leas,
de que no haya muerto del todo en tu memoria...

enero 13, 2010

Me vestí de orgullo para no llorar, él se quedó en silencio, me miró a los ojos, acarició mis manos,
me conquistó.
Esto siento, más o menos, y por esto mismo muero.