Detrás de todo este espectáculo de palabras, tiembla indeciblemente la esperanza de que me leas,
de que no haya muerto del todo en tu memoria...

diciembre 04, 2010

Laetitia

Siento un vacío en el pecho, que ya nada lo llena. Nada me completa. Te busco por todos lados y no puedo encontrarte. Te busco en personas que jamás serán como vos. No puedo enamorarme. Los besos ajenos me saben amargos sin el sabor de tus labios. Siento, incluso, frío; necesito tu calor. Mi cariño, mis caricias, te pertenecen. Necesito tus reconfortantes abrazos que hacían que mi cólera cesara. Tu compañía, que me daba paz y tranquilidad. Caminar tomados de la mano en silencio, que parecía no haber problemas en el mundo. Compartir tu cama, donde despojaba mis miedos y entregaba mi alma. Pienso en vos y se detiene el tiempo. No puedo estar un minuto sola que lloro tu ausencia. ¿Cómo pudiste abandonarme? Repaso en mi cabeza miles y miles de momentos. Tantas dudas y preguntas. Tanto miedo al futuro. No quiero estar sola. Te quiero sólo a vos. Y no me importa más nada, ni nadie. Aún recuerdo cuando éramos dos contra el mundo. Vos y yo y nadie más. Aún espero oír tantas explicaciones. ¿Por qué me mentiste? ¿Me usaste? ¿Realmente me amabas o era sólo buena compañía? Al parecer nunca lo sabré. Me dejaste con recuerdos y con lo que solías ser. Con lo que alguna vez fuimos, y el anhelo de volverte a ver. Con promesas sin cumplir. Y una herida abierta en el corazón.
Esto siento, más o menos, y por esto mismo muero.