Él se desliza y me atropella, y aunque a veces no me importe, sé que el día que lo pierda volveré a sufrir. Por él, que aparece y que se esconde, que se marcha y que se queda, que es pregunta y es respuesta, que es mi oscuridad. Él me peina el alma y me la enreda, va conmigo pero no sé adónde. Mi rival, mi compañero, que está tan dentro de mi vida y, a la vez, está tan fuera, sé que volveré a perderme. Sigue siendo él, que otra vez me lleva, nunca me responde. Él se hace frío y se hace eterno. Un suspiro en la tormenta a la que tantas veces le cambió la voz. Gente que va y que viene y siempre es él, que me miente y me lo niega, que me olvida y me recuerda. Que sea lo que quiera dios que sea. Mi delito es la torpeza de ignorar que hay quien no tiene corazón, y va quemando, va quemándome y me quema. ¿Y si fuera él? Él me peina el alma y me la enreda. Va conmigo, digo yo. Mi rival, mi compañero, ese es él. Y si la vida es una rueda y va girando, y nadie sabe cuándo tiene que saltar. Y lo miro... ¿Y si fuera él?