Detrás de todo este espectáculo de palabras, tiembla indeciblemente la esperanza de que me leas,
de que no haya muerto del todo en tu memoria...

noviembre 19, 2014

Trascender

Llamamos sensibilidad a la capacidad que tiene nuestro espíritu de recibir representaciones (receptividad) en el tanto que es afectado de una manera cualquiera; por el contrario, se llamará entendimiento, a la facultad que tenemos nosotros mismos de producir representaciones o la espontaneidad del conocimiento. Por la índole de nuestra naturaleza, la intuición no puede ser más que sensible, de tal suerte, que contiene sólo el modo como somos afectados por los objetos. En contraposición, el entendimiento es la facultad de pensar al objeto de la intuición sensible. Ninguna de estas propiedades es preferible a la otra. Sin sensibilidad no nos serían dados los objetos, y sin el entendimiento ninguno sería pensado. Conceptos sin contenido son vacíos; intuiciones sin conceptos son ciegas. De aquí que sea tan importante sensibilizar los conceptos (es decir, darles un objeto de intuición) como hacer inteligibles las intuiciones (someterlas a un concepto).
Esto siento, más o menos, y por esto mismo muero.