Estaba enojada,
muy enojada,
y no quería pelear más.
Si hay algo de lo que me voy a arrepentir,
por el resto de mi vida,
es haber cerrado la puerta en vez de ir corriendo a buscarte,
para decirte que valía la pena seguir intentando,
seguir peleando,
siempre y cuando sea juntos.
Te dejé ir y nunca,
nunca,
me lo voy a perdonar.