Detrás de todo este espectáculo de palabras, tiembla indeciblemente la esperanza de que me leas,
de que no haya muerto del todo en tu memoria...

octubre 14, 2010

Imposibles

Escribí esto hace un tiempo ya pero en aquel entonces no me pareció apropiado subirlo. Hoy, acá está:

Tantas veces caminé por esas calles esperando encontrarte, pero jamás pude cruzarte. Me rendí, bajé los brazos, ahora las camino sin siquiera pensarte. Y hoy, tal vez destino o tan sólo casualidad, te encontré. Como si hubiese sido planeado. Ni te inmutaste, esperaste a que te saludara. Te noté... frío. Quizá sigas enojado. Yo, nerviosa. Te diste cuenta enseguida, me viste apenas 3 veces en tu vida y me sacás la ficha al toque. Y avergonzada, venía de hacer compras y antes tuve gimnasia, tenía el pelo para cualquier lado, la cara desmaquillada y el uniforme del colegio. Todas en contra. No podía evitar sonreír. Vos, sin embargo, nada. Una corta conversación me dejó miles de palabras en la boca. Y el maldito deseo de abrazarte tan fuerte para que no te vayas -de nuevo-. Pero, tenía un nudo en la garganta. Soy, además, perseguida, y cualquiera allí podría vernos. Tantas veces escuché: "Ayer te vi en... con...". Aunque lo que no me dejó abrazarte fue verte inexpresivo. O actuás muy bien, o realmente no querías estar ahí conmigo. Estuve sonriendo todo el camino a casa. Riéndome, sos más bajo de lo que recordaba. Tratando de decifrar tus miradas... Queriendo haber dicho y hecho algo más. No quiero que sepas de mí gracias a mi Blog, y no me gusta no saber nada de vos. Espero volver a verte algún día... Que cumplas las promesas y sueños postergados.
Esto siento, más o menos, y por esto mismo muero.