Detrás de todo este espectáculo de palabras, tiembla indeciblemente la esperanza de que me leas,
de que no haya muerto del todo en tu memoria...

agosto 30, 2009

:S

Dicen que los virginianos siempre tenemos un Plan B, y es verdad. Ante cualquier situación busco dos soluciones. Si la primera no funciona, voy por la segunda. Además, siempre pienso antes de hacer o decir las cosas, incluso intento hacerlo cuando estoy enojada.

La primera vez en mi vida que no pensé algo antes de llevarlo a cabo me salió muy bien, fue como tirarme de un barranco y en vez de caer sobre piedras, su mano detuvo mi caída. A partir de ese momento se rompió mi rutina. Cambiaron las cosas, me cambió a mi. Dejé de ser tan precavida y de pensar tanto, ya que después de pensar demasiado terminas sin hacer las cosas que te proponías. Dejé de poner por encima mío a los demás, fui un poco más egoísta por así decirlo; y lo puse a él por encima de todo. A nosotros, dejando todo atrás.

Sostengo la idea de que la gente si realmente lo desea puede cambiar, más aún si es por otra persona. Lo que pasa es que la otra persona no tiene porque hacerte cambiar. Si te quiere, te quiere por lo que sos y si no, se tendrá que buscar otra. El tema es que yo sí quise cambiar por esa persona a la cual me lancé sin pensarlo dos veces. Pero no quiso verlo. "Para ver hay que creer" porque "no hay peor ciego que el que no quiere mirar". Frases ya armadas pero son tan ciertas.

Aprendí a ser espontánea, a dejar de pensar, a dejar de usar la cabeza que se entrometía en todo lo que mi corazón quería. Aprendí a abrir el corazón, a confiar, a amar. Lo dejé entrar.

Toda historia deja moraleja. No importa cuanto dure sino la calidad de esta. Lástima que no todas las historias tienen finales felices. No me tocó tener uno desafortunadamente.

Esta fue la primera vez en la que no tuve un "Plan B", y ahora es lo que más necesito. Aposté todo lo que tenía en una persona, una persona que ya no está. ¿Y ahora qué hago? No tengo otra persona, tengo gente amiga que es de gran ayuda, pero no me dan la felicidad que tuve con él.

¿Cómo seguir adelante sola cuando todo lo planeado era de a dos?
Esto siento, más o menos, y por esto mismo muero.