Si el mundo, en algún momento, te da la espalda, no tendrás más remedio
que darte cuenta de lo estéril de tu lucha. Pero si no sucede así, si
tenés la "desdicha" de ser aceptado y halagado, entonces... Estás
abandonando tu propia conciencia de libertad, estás forzado a decidir:
Acatamiento o soledad; estás atrapado entre ser lo que debes ser o no ser nada para nadie. Y de allí en más... Podrás ser, pero sólo, solo y sólo para vos.