Inmersos en sus propias frustraciones, agobiados por una realidad que siempre resulta insuficiente, una pequeña muestra urbana de soledades para los que enamorarse puede ser la peor de las opciones...
Sólo en la honestidad de una crisis es donde se conoce la verdadera esencia de alguien y, al entender su sufrimiento, corremos el riesgo de enamorarnos.