Detrás de todo este espectáculo de palabras, tiembla indeciblemente la esperanza de que me leas,
de que no haya muerto del todo en tu memoria...

noviembre 28, 2015

.



"Estuve varios días pensando cómo responder a tal perjuicio de manera respetuosa y con altura -aunque no se lo merezca- porque lo creo menester, quizás, por el amor que alguna vez nos tuvimos. Aunque mis palabras hoy no sirvan de nada, sentí la necesidad de expresarme y devolverle una respuesta a su escrito.

El amor no es una enfermedad, como él dice. Sí, estar enamorados nos nubla el juicio pero peor aún los celos, por ejemplo. Un amor enfermo es aquel que es celoso, posesivo y desconfiado. Un amor en crisis es aquel que no siente respeto alguno. Sin embargo, el amor no es el problema, el problema somos nosotros mismos: Que no podemos dejar de lado las diferencias y dialogar sanamente, que nos dejamos llevar por la ira y la bronca y actuamos de formas impensables, que por celos ilógicos desvaloramos a la persona que tenemos al lado hasta llegar a creerla un cesto de basura, que no podemos empezar de cero porque el pasado nos condena y lo dejamos perseguirnos al punto de arruinar algo que podía ser tan lindo. Todo eso, y más, fue lo que mató nuestro amor. Y nosotros somos los únicos culpables. Tal vez le robamos tiempo a un destino que ya estaba planeado de antemano. Quizás no estábamos destinados a estar juntos para siempre, a que su futura hija tuviese mis ojos. Y está bien que así sea. Lo que no está bien es defenestrarnos a posteriori por lo que hicimos mal. Él me difamó públicamente, o al menos eso dijo que hizo. Escribió muchas cosas malas de mí, algunas ciertas, lo admito. Otras, completamente alejadas de la realidad. Manipuló la verdad -como siempre- para quedar bien parado. Tergiversó los hechos de manera tal que cualquiera que lo lea realmente creería que soy una "puta de mierda", olvidándose por completo de lo que él hizo y que nos llevó a la ruina. Me castiga por mis errores del pasado y no se da cuenta que gracias a ellos hoy puedo ser una mejor persona, que aprendí y no volví a repetirlos. Pero, con el mero propósito de herirme, dice que volvió con su otra ex gracias a mí y encima se enoja porque intenté seguir con mi vida sin él, ¡qué paradoja! Y qué típico suyo, prohibirme hacer lo que él mismo hace... Si estuve con otra persona no fue sino después de separarnos, traté de seguir adelante, y el que crea que esté pecando por ser meramente humana que tire la primer piedra. (Pero que no tire a dar).

Estuve enamorada de un hombre 12 años mayor que yo, con un poco de miedo por la gran diferencia pero, quizás, eso también me dio la seguridad de que no iba a ser como los demás bobos con los que normalmente salía, que sería maduro. Por supuesto, me equivoqué, la edad no cambia nada: uno, a pesar de los años y la experiencia, es lo que es y no cambia su esencia. Amé a un hombre que me dejaba telefónicamente cada vez que, sin motivo alguno, se le cruzaban los cables y se ponía celoso, y tenía que perseguirlo por todos lados para convencerlo de que no soy una (citando textualmente) "puta que no puede dejar las piernas cerradas"; un hombre que cada vez que discutíamos me echaba en cara mis antiguos errores que no le competen en absoluto y me maltrataba verbalmente; que cuando estallaba en ira rompía cosas y me tocaba bruscamente; que me hacía problemas por cualquier cosa que no era como él quería; que desconfiaba de mí y no respetaba ni a mi persona ni a mi estudio ni a mi trabajo; que me decía de modo imperativo todo lo que tenía que hacer, para luego él hacer exactamente lo opuesto a lo que me ordenaba; que me mandó fotos de cómo prendía fuego las cartas que alguna vez con tanto amor le escribí y videos de nuestro gato diciéndome que no iba a verlo más por “loser”; que me acusó de estar con él por el dinero, sólo porque se compró una moto BMW y quise viajar en ella, cuando fui yo la que se bancó al pobre músico aunque sea por unos meses creyendo que se transformarían en años, quería que viviera de lo que amaba sin importar lo monetario; que me prohibió ir a un bar porque es “suyo” con tal de no volver a verme sabiendo que vivimos a unas pocas cuadras de distancia y las probabilidades de encontrarnos son miles; que me amenazó en varias ocasiones con publicar vídeos íntimos y arruinar mi vida, que "no me convenía tenerlo de enemigo" obligándome a cumplir con sus caprichosas peticiones como devolverle los regalos... 

Pese a todo, en alguna parte de mi ser, quedaba amor para darle. La esperanza es lo último que se pierde, ¿no? Por eso fui ese viernes a almorzar con él. Por eso me quedé con él toda la noche cuando su abuelo enfermó (aunque diga que me tuvo que rogar). Por eso fui a Chascomús ese sábado, no por jugar, no por la moto, no porque estaba aburrida, sino porque aquel hombre también me dio durante esos escasos diez meses muchísimo amor. Me decía que yo era la mujer más linda del mundo y que tenía los ojos más hermosos. Que se enamoró de mí en tan sólo una semana e imagino o quiero creer que no fue solamente por mi físico sino por mi personalidad, aunque en su escrito mencione únicamente cosas malas sobre mí. Que era un gran compañero, que estaba conmigo siempre. Que me cocinaba lo que sea y que me daba lo que le pidiera, cumplía mis caprichitos y soportaba mis incontables quejas. Que me incluía en todos los aspectos de su vida porque planeaba casarse conmigo, tener hijos, y una vida juntos. Era un buen hombre, al fin y al cabo. Es decir, no por nada me enamoré de él. Pero ahora veo en él un simple cuerpo que tiene dos personalidades dentro. No puedo creer, no puedo terminar de conciliar, el hecho de que alguien tan bueno sea a la vez tan malo. Llegue a estar muy confundida, yo lo amaba de verdad y no quería dejarlo, pero cada discusión -en el último mes- sumaba más motivos para separarnos. 

Y así concluyó. Todo aquello que construimos se desvaneció por completo. “Otros cumplirán los planes que trazamos, que no terminamos, haciéndolos suyos”. Realmente llegué a creer que lo nuestro era para siempre… Por eso me duele tanto haberle puesto un punto final muy prematuro a nuestra historia, creo que teníamos mucho más por dar. Detesto ser tan resentida y no haberlo perdonado antes de que las cosas se complicaran aún más. Me pidió otra oportunidad y no se la di… Me echo la culpa de todo esto.

A vos, mi amor, te digo gracias. Gracias, por TODOS los momentos que pasamos juntos, inclusive los malos, porque existió un tiempo en el que peleábamos (como siempre, porque somos dos tercos) pero sólo con la intención de salir adelante, juntos y más unidos. Gracias, porque de no haber ido a tu casa no hubiese encontrado a mi bebé, mi gatito hermoso que tanto voy a extrañar como así también a Sasha, Moni y hasta a Abril. Gracias, por presentarme a una familia y amigos maravillosos. Gracias, por dejarme ser (gran) parte del Rincón Norma y, principalmente, de tu vida, aunque fuera sólo un breve instante y que rápidamente olvidarás. Gracias, por amarme con todo tu corazón. Gracias, en última instancia, por dejar en mí una huella, miles de recuerdos, que nunca voy a olvidar y que voy a apreciar gratamente.

También, te digo perdón. Perdón, por todos mis defectos. Perdón, por las peleas incesantes y por hacerte perder el tiempo, quizá siempre tuviste que estar con Ailín y yo lo postergué. Perdón, por no ser la mujer indicada para vos (me duele intensamente). Perdón, por haberte hecho sufrir y haberte dado falsas esperanzas en algún momento (es que yo también las tenía). Perdón, por no poder concretar todos los planes que teníamos. Simplemente, perdón. Por todo.

Como dije al principio, ninguna de estas palabras va a cambiar absolutamente nada. Él seguirá pensando todo aquello malo que dijo de mí y me va a olvidar para ser feliz con alguien más. Quería escribir simplemente para sentirme un poquito menos mal conmigo misma, no hay peor sentimiento que el arrepentimiento, porque todas las noches antes de dormirme me voy a acordar de todo lo que hice mal y voy a pensar en mil maneras de cómo cambiar eso que pasó y la impotencia invadirá mi cuerpo al saber que es imposible hacer tal cosa; y la decepción, por parte de ambos, porque él me decepcionó al no ser quien yo creí y lo mismo pensará él de mí: La decepción de haber dado todo por una persona amada y que termine en la nada misma, y encima lastimándonos mutuamente de esta forma. Y la tristeza que eso conlleva.

“Darse cuenta”, darse cuenta que amar es doler pero ¡cómo vale la pena! No hay nada más bello que amar y ser amado. Todos estamos en la búsqueda de aquel ser ideal para vivir el resto de nuestras vidas compartiendo mucho amor. Todos intentamos y fallamos y seguimos fallando, sólo hasta encontrar a la persona indicada. Y nos enamoramos, y sufrimos luego el desamor, y así sucesivamente hasta dar en el blanco. Lo que tuve con él fue real, lo amé (sí, gordo obesito, date cuenta que yo te amé mucho y siempre te fui leal aunque ahora, hundido en la bronca, no lo puedas ver) y las cosas sencillamente no se dieron como quisimos… Será el destino, nuestras diferencias que no supimos solucionar, los errores que no pudimos perdonar, el no entendernos, no lo sé realmente. Quizás en otra vida podamos estar juntos (porque, pese a todo y muy dentro nuestro, así lo queremos). 

Gracias. Perdón. Y hasta siempre.

Natalia."

agosto 14, 2015

Goodbye

You deserve the chance at the kind of love,
I'm not sure i'm worthy of.
Losing you is painful to me.

You would never ask me why
my heart is so disguised.
I just can't live a lie anymore,
I would rather hurt myself
than to ever make you cry.
There's nothing left to try,
though it's gonna hurt us both,
there's no other way than to say goodbye.

agosto 06, 2015

( Siempre  vuelvo  a  vos )

El amor es eterno mientras dura

Allá, por Julio del 2011, cuando me prometías amor eterno y, ahora, años después, olvidaste por completo lo que sentías...
 
"Te amo. Te amo mucho. No sé que hago si te vas. Si nos vamos. Si lo matamos o, peor, si lo dejamos morir. Somos el uno para el otro, aunque cueste entenderlo y/o verlo, así es... Ya que uno, ama al otro. Sos mi chiquita, mi amor, mi vida, mi hormiguita, mi sol, mi cielo, mi luna y mis estrellas, sos la constante que hace latir mi corazón. En el espacio en el que sentí que nos perdíamos, la vida se me redujo a cero y me perdí en un vacío blanco que no hacía más que inflingir dolor y hacer llorar... ¿A quiénes? A las dos personas más tiernas, lindas, cariñosas, celosas, y buenas de este hermoso planeta llenado con tanta gente de mierda. No debemos dejar que nada nos manche, nada... no importa quien sea, lo que sea, ni porque sea que algo y/o alguién se meta entre nosotros... lo rajamos a patadas. El amor que nos tenemos es tan grande que nos aplasta y eso nos hace correr al otro, si estamos en las buenas y en las malas, que así sea... Si hay un pelotudo sobreprotector enamorado de una celosa malparida, es porque nosotros dos, somos así. Pensamos tanto en el otro, que a veces nos equivocamos. Sabés que te amo, sé que me amas... 
Yo vivo en este mundo, y en este mundo moriré... Y más allá de lo dicotómico entre el Cielo y el Infierno, cuando ayer tuve miedo a la muerte, aunque sea por una fracción de segundos, lo único que quería era que me agarraras de la mano y me abraces. Porque aunque gritemos, lloremos, nos saquemos, digamos cosas feas, nos enojemos, hay una razón por la que eso sucede... Y es que nosotros descubrimos qué es lo que mueve la tierra: Nuestro amor.
Te quiero besar, te quiero abrazar, te quiero contar, te quiero ver, te quiero sentir, te quiero hacer el amor, te quiero hecer reír, te quiero cantar, te quiero llorar, te quiero gritar, te quiero caminar, te quiero todo pero... ya no te quiero más... te amo."

Dejamos que el mundo se interpusiera entre nosotros. Olvidamos el "nosotros", nos volvimos egoístas. Ya no peleábamos para estar juntos, las batallas se volvieron el uno contra el otro. Y dejamos que el amor se nos escapara por entre las manos. Nos rendimos... "Antes de rendirnos, fuimos eternos..."

Tu Pippi.

junio 01, 2015

"Morir de ternura, 
una y otra vez. 
Morir en tu dulzura, 
del derecho y del revés. 

Morir, vivir... en ti. 
Amar, amarte... a ti."

abril 23, 2015

You have no right

Puedes olvidarme para toda la vida,
olvidar que también hubo alegrías. 
Pero, si prefieres quedarte con años que olvidaste,
entonces, voy a pedirte que no me nombres.
No me nombres, por favor.
Esto siento, más o menos, y por esto mismo muero.