Detrás de todo este espectáculo de palabras, tiembla indeciblemente la esperanza de que me leas,
de que no haya muerto del todo en tu memoria...

septiembre 14, 2013

Bitácora del Capitán

Día 1.

Ayer a la noche me caí, bah, me tiraron en la calle a la salida de un bar. Un amigo, tratando de hacerme correr para cruzar la Avenida 9 de Julio segundos antes de que cortara el semáforo, me agarra con demasiada fuerza -sumado a las cantidades de alcohol ingeridas por ambos- y termino desparramada en el asfalto. Me rompí el pantalón y por poco la rodilla derecha. Sangre y dolor, mucho dolor… Me terminó cruzando en sus brazos, pues apenas podía caminar. Se desató el caos. Estaba eufórica, lloré, les grité a todos, pataleé, me quería ir a mi casa a toda costa, encima en mi locura se me ocurrió llamar al SAME y me filmaron. ¡Que desastre! Después de varias escenas completamente en negro, llego a mi casa y en seguida me limpio la herida. Me puse una crema y la vendé, pese a que estaba totalmente ebria, aunque no había tomado tanto. Hoy, no solo tengo la rodilla inflamada, golpeada, raspada y con una renguera molestísima, sino que también estoy con vómitos. Todo lo que como y lo que bebo lo vomito, todo. Ya es la octava vez que lo hago en menos de cinco horas y espero que sea la última. Lindo fin de semana. Seguiré relatando mis días venideros en otras entradas. Cambio.


Esto siento, más o menos, y por esto mismo muero.